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Cusco: entre la protesta violenta y la sede APEC

Lo innecesario y hasta irracional del paro del jueves 21 y viernes 22 de febrero ha sido destacado por una multiplicidad de sectores. Siendo así: ¿por qué tuvo lugar cuando las causas que lo podrían haber motivado habían desaparecido? La razón tiene que ver, de un lado, con sentimientos regionalistas muy arraigados, combinados con prejuicios muy fuertes; uno de ellos que el turismo en realidad no beneficia al Cusco y que las ganancias sólo sirven a los grupos económicos de Lima y del exterior. En ese contexto, el bombardeo mediático y las acusaciones frontales contra los cusqueños en general, parecen haber tendido más bien un efecto boomerang, fortaleciendo a los que “defienden la dignidad del Cusco”.

La posterior decisión del gobierno de quitar la sede de la APEC ha pegado fuerte en el Cusco. Por un lado, los sectores afectados económicamente presionan para un cambio de decisión; pero, por otro, para los sectores más radicales esto ha sido visto como una “nueva ofensa contra Cusco”, frente a la cual reaccionar y quieren impulsar medidas mas drásticas.

La estrategia en esta etapa pasa por buscar una coordinación macroregional con Puno y Arequipa para una movilización más amplia. Esto, al cierre de este reporte, estaba en discusión. Un indicio de que podría haber un ambiente fértil para que al menos el tema se discuta, son las declaraciones del alcalde de Arequipa, Simón Balbuena, que calificó de “prepotente” la decisión del Ejecutivo de desestimar al Cusco como subsede del referido foro, al considerar que se trata de una región que es “patrimonio cultural de América y símbolo del turismo a nivel internacional”.

La situación es muy fluida y es difícil saber cuál será el curso de los acontecimientos, en la medida en que el equilibrio de poder en el Cusco es ahora muy precario. Hugo Gonzáles, el presidente regional, es muy débil y trata de hacer un equilibrismo complicado para no quedar como traidor ante los sectores que empujan las protestas, encabezados ahora por el dirigente Efraín Yepes, pero a la vez no quiere enemistarse con los sectores económicos perjudicados por esas medidas, en particular los del turismo. Lo mismo ocurre con los congresistas de la región. De allí lo complicado y hasta contradictorio de sus discursos. Piden que se le restituya la sede APEC al Cusco, pero a la vez se niegan a comprometerse a que no haya más actos de protesta. Señalan que no convocarán a movilizaciones, pero que respetarán la decisión del pueblo si es que las hacen.