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Venganza senderista

El objetivo de los terroristas era Candy Rodríguez Figueroa, de 20 años, una de las mujeres del terrorista Héctor Aponte Sinarahua, “Clay”, abatido por la policía en febrero del 2006.

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“Clay” fue, hasta el momento de su muerte, el mando militar de Sendero Luminoso en el Alto Huallaga. Planificó y dirigió varios atentados contra las fuerzas del orden, como por ejemplo el de diciembre de 2005, donde murieron ocho policías.

En un operativo muy bien diseñado, la policía logró ubicar a “Clay” y otros terroristas en la vivienda de Candy Rodríguez Figueroa, donde se celebraba una fiesta, y lo mató en medio de una balacera. Esto ocurrió en febrero de 2006.

Es conocido en la zona, que los cabecillas terroristas tienen amantes y familiares en los pueblos del Alto Huallaga, y concurren con relativa frecuencia a fiestas y celebraciones en los caseríos. El asunto es que tienen un sistema de información que les permite enterarse de los desplazamientos policiales y escapar cuando se realiza alguna operación de las fuerzas del orden.

Sin embargo, en aquella ocasión, la policía llegó en el momento preciso y sin que los terroristas lo advirtieran, dando muerte al sanguinario terrorista.

Recientemente, la familia de Candy Rodríguez Figueroa dio muestras de una inusual prosperidad y realizó una ostentosa celebración. Eso despertó la sospecha de los senderistas, que atribuyeron eso a un supuesto pago policial por entregar a “Clay”

Por eso la noche del viernes 7, incursionó un grupo de senderistas en el caserío Pacae, cerca de Aucayacu, en la provincia de Leoncio Prado, Huánuco. Ellos torturaron y asesinaron a machetazos a Candy Rodríguez Figueroa y también mataron a su padre Pablo Rodríguez Huerto (46), a su madre Victoria Figueroa Doya (54), y su cuñado Wilmer Hilario Isidro (30).

El jefe del grupo es un senderista conocido como “Piero”.

El martes 11 los senderistas asesinaron a dos campesinos en Supte Alto, al norte de Tingo María, Macario Espíritu Caico (50) y su hijo Macario Espíritu Exacto (17). En el cadáver de Espíritu Caico, los terroristas pusieron un cartel que decía “así mueren los asaltantes y soplones del pueblo”.

En este caso, al parecer, se trata de dos personas acusadas de robo por los pobladores de la zona. Los senderistas imponen sus propias reglas, ante la debilidad del Estado en la zona.

Es posible que continúen los asesinatos en el futuro inmediato, porque ahora están buscando a los que delataron al cabecilla terrorista conocido como “JL”, abatido por la policía el 27 de noviembre.