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Lo que pasó y lo que viene
Los dirigentes de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), encabezados por Mario Huamán, pretenden convertirse otra vez en los catalizadores del descontento popular. El “éxito” de la jornada de protesta del 11 y 12 de julio, los alienta a insistir nuevamente en una acción similar. |
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Ahora están tratando también de darle organicidad a esos movimientos. Por eso el lunes 8 de octubre enviaron una carta circular donde hacen un llamado a “dar pasos firmes en la construcción de una dirección colectiva del movimiento político y social, afirmando nuestra visión estratégica. Esta Coordinadora debe construirse, en todas las regiones y provincias, del país. Las CGTP territoriales y los frentes regionales tienen esa tarea de impulsar la CPS (Coordinadora Política y Social) en cada jurisdicción sin exclusión de ninguna organización sindical, política y social ubicada en el campo popular. Sobre esta base se tiene que forjar la II Jornada Nacional de Lucha.” Los primeros en sumarse al llamado de la CGTP han sido la Confederación Nacional Agraria (CNA), y el SUTEP de Piura, que ha anunciado un paro regional para el 8 de noviembre. El dirigente de la CNA, Antolín Huáscar, informó que los campesinos del Cusco acatarán un paro regional agrario de 24 horas el 8 de noviembre, en rechazo a la política económica del gobierno. La Federación Minera ha anunciado también que persiste en realizar una huelga a partir del 5 de noviembre. Aunque ese gremio se ha revitalizado en el último tiempo, luego de varios años de letargo, no parece tener la fuerza como realizar una paralización significativa. Pero sin duda, tratarán de aprovechar la fecha fijada por la CGTP para efectuar alguna demostración. Los cocaleros, azuzados por Elsa Malpartida insistirán, esta vez con una “huelga nacional” programada para el lunes 29, con pocas probabilidades de éxito, salvo en algunos lugares específicos. (Ver nota en esta edición). Lo que no hay que subestimar, es el descontento extendido en la población por las alzas de los precios de algunos productos de primera necesidad. Si bien han sido generados por alzas de los precios en el mercado internacional, la tendencia de la población, sobre todo la de menores ingresos, que se ve afectada por esas alzas, es responsabilizar al gobierno. Es muy claro en las últimas encuestas de las universidades de Lima y Católica, en Lima, que la aprobación del presidente Alan García cae mucho más entre los pobres. En la de la PUCP la desaprobación es 70% en D/E y la aprobación de solo 23%. En la de Lima, es 65% a 29% en el E. Hay una escalera perfecta en ambas, que va descendiendo en aprobación de los más pudientes a los más pobres, y ascendiendo en desaprobación de los más pobres a los más pudientes. Ese es un caldo de cultivo ideal para los azuzadores de la violencia, entre ellos, los seguidores del presidente venezolano Hugo Chávez, que tienen al Perú como uno de sus principales objetivos a conquistar. |
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