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Leche derramada y agro batido

El tema de la leche saltó a la notoriedad cuando unos 300 ganaderos de diversos valles del departamento de La Libertad arrojaron seis mil litros de leche fresca en señal de protesta. Tres mil en la puerta de acceso a la planta acopiadora de la empresa Gloria, ubicada a la salida sur de la ciudad de Trujillo, dos mil en la carretera Panamericana Norte y mil más en calles aledañas a la Plaza de Armas.

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Por su parte la Asociación de Productores de Leche del Perú amenazó a Gloria y Laive con dejar de comercializar en Arequipa unos 700 mil litros diarios de leche de no aceptar las empresas un aumento de 0.60 a 0.92 centavos de sol por litro.

El presidente de la Asociación de Industriales Lácteos (ADIL), Rolando Piskulich, ha sostenido que los industriales vienen sacrificando su margen de ganancias "en aras de seguir desarrollando el mercado, pero más ya no se puede".

Por su parte, el presidente de la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (Agalep), Javier Valera, señaló que los industriales deberían sacrificar el cinco por ciento de sus ganancias a fin de no afectar mucho al ciudadano. Detalló que de ser así, un incremento de 30 % en lo que les pagan los industriales por la leche, representaría que la lata de leche pase de 2.20 soles a 2.32, es decir, diez por ciento más del precio actual.

Por el momento las cosas se han trasladado a un grupo de trabajo conformado por los ministerios de la Producción y de Agricultura, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) y los gremios en conflicto.

El ministro de Agricultura ha señalado que es necesario que la industria lechera muestre mayor voluntad para alcanzar acuerdos con los productores ganaderos del país, que reclaman una mejora en el precio de la leche. “Nosotros actuamos como componedores entre industriales y ganaderos, pero no podemos fijar ningún precio porque no es constitucional hacerlo”.

Ismael Benavides la ha tenido más difícil en cambio con Conveagro, que acusa al gobierno de no tener una política agraria que proteja la seguridad alimentaria interna, ante la inminente ratificación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Conveagro se opone a reducir el monto de las compensaciones a los productores de maíz y trigo, señalando que el incremento en los precios internacionales no reduce todo el efecto negativo que generan los subsidios que aplican en los países desarrollados.

Conveagro ha conminado a Ismael Benavides a cumplir con los acuerdos a los que se comprometió o de lo contrario renunciar al cargo. "Una persona que no conoce la realidad del sector no puede dirigirla, porque a pesar de los acuerdos a los que llegamos nada se cumplió", afirmó Luis Zúñiga, presidente de Conveagro. Pescando en río revuelto el presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso, Franklin Sánchez del APRA, exigió al ministro Benavides “enchufarse” con las necesidades de los campesinos y no olvidarse que en el partido y el gobierno son “agraristas por convicción y vocación”.